Cosquín Rock edición número 24 – La voz más nacional de Argentina

Corresponsal – Alexia Perruelo | Fotografía – Felicitas Páez 

Este 10 y 11 de febrero tomó lugar entre las sierras de Córdoba, un evento que nació el mismo año que quien escribe, en una Argentina en crisis, tal como en sus inicios en 2001. El Cosquín Rock ha sabido ser la voz más nacional de la cultura argentina, tanto de los gigantes como los emergentes. Todos se reúnen en las afueras de Córdoba en verano, para celebrar la riqueza y variedad cultural que nos pertenece. 

En sus comienzos el festival se podía catalogar como un espacio para los fundamentalistas del rock, Cristian Aldana la voz del El Otro Yo, de las primeras bandas en pasar por el festival, exclamó en 2001 “la cumbia es una mierda” renegando del avance de la movida tropical en nuestra cultura. Hoy semejante rigidez no encuentra lugar en estos escenarios. Donde Ciro se presenta, muy lejos de Los Piojos y aquellas primeras presentaciones, tan solo un registro más del paso del tiempo. Donde Babasónicos ya no es la rareza que significaba en sus principios, sino más bien un gigante consolidado y respetado. Donde Lali misma se sorprende de estar presentándose. Donde sobre un mismo escenario, encontramos movida tropical un día, raíces reggae y ska al otro. Donde el trap ha sabido acaparar numerosas presentaciones en sus últimos años de apogeo en el mainstream, incluso autoproclamandose el nuevo rock, al menos en esencia. 

Viajamos a Santa Maria de Punilla para ser parte de esta nueva edición, realizada en el aeródromo de esta ciudad, para compartir el relato en carne propia de esta celebración como retrato de nuestra actualidad cultural. Tuvimos el gusto de compartir perspectivas junto a Winona Riders y Las Pelotas, en busca de presentar una mirada emergente y una consagrada, con la búsqueda de enriquecer nuestro relato desde uno y otro lado de la historia, dimensionando que se trata de la primera edición para algunos y la número 24 para otros. Al final del relato pueden encontrar las entrevistas realizadas. 

En el camino nos encontramos con una ruta saturada a kilómetros de la entrada al predio, sobre lo que más adelante sabríamos por boca de un taxista, que es un problema común de la zona, el cual está en vista solucionar para el siguiente año con la construcción de una autovía. No olvidemos que Cosquín es además, la sede del Festival Nacional de Folklore, festival que influenció justamente al origen del Cosquín Rock. 

Para quien no reside en la zona el paisaje es impactante, escenarios gigantes tras las inmensas montañas y los relieves que marcan la huella del sol a través del día. También en lo alto, cual monumento, se alza una botella gigante de fernet Branca. Pues otra de las características que impactan de este festival, es que año tras año ha sabido demostrar que aún es posible la venta de alcohol en eventos masivos sin graves incidentes, dentro de un país con heridas aún abiertas de un pasado de rock n’ roll extremo, hasta un descontrol perjudicial. 

La primera presentación del día que presenciamos fue el debut de Winona Riders en el festival. Una performance sumamente enérgica, y una propuesta tan joven como novedosa para los amantes de la psicodelia y el rock and roll. Con la misma arrogancia y determinación que los llevó hasta ese escenario, desplegaron para los primeros en llegar, un show adrenalínico, sin pausas ni palabras de por medio, presentando “El Sonido Del Éxtasis” su segundo disco publicado en 2023. Con la música al frente y bajo el sol más radiante, el futuro del rock emerge desde el Escenario Sur. Al otro lado del predio, sobre el Escenario Norte sucede otro debut, este es el de la joven promesa del pop Blair.

Las primeras horas fueron tranquilas, palpitaba la euforia entre la audiencia, pero esta se administraba la energía, ya que entre escenario y escenario habían largas caminatas de por medio con el sol en su punto más alto. En este clima aparece la Chancha Muda presentando su disco “Quién Autoriza?” en la primera parte de su gira a la cual titularon “El Caos y La Libertad”. Se trata de una obra que casi sin quererlo, se ha presentado como un relato preciso y brutal de los tiempos que habitamos, así una vez más el rock nacional se convierte en un espacio de resistencia y catarsis. 

En esta misma línea y sobre el mismo escenario nos encontramos con La Mississippi, un clásico del blues de nuestro país, un género que ha sabido ser el tango del rock, donde los cantautores narran historias de nostalgia y pasiones, como el relato que sucede en la canción “Valentín Alsina Ritmo y Blues” que tocaron a la mitad del show. Seguido de esta tocaron “Buffalo”, con una dedicatoria de Ricardo Tapia hacia todos los trabajadores que tienen que lidiar con el contexto económico y seguir adelante “Hay que lucharla día a día. El país está complicadísimo, mamá y papá.”

Conforme crecían las filas en los puestos de carga de pulseras, y en los stands de comidas, agua y juegos, el sol desfilaba hacia las sierras. Así mismo nos dirigimos hacia allí, al Escenario Montaña, donde absolutamente todas las tribus de la cultura argenta se reúnen para presenciar el espectáculo de Miranda!. Quienes entran a escena robotizados, siempre sirviendo una performance impecable y que hasta me recuerda a la presencia histórica de Kraftwerk el año pasado en el Movistar Arena. Miranda! ha sabido ser siempre el punto de reunión para todos los gustos y colores, aquí se encuentran reunidas las escenas indie, pop, rock, electrónica y hasta tropical. Pues en los antros culturales, boliches y raves de este país es típico encontrarte con algún clásico de Miranda! sonando, y siempre se trata de una celebración, este show en vivo no sería la excepción. 

En el Escenario Sur aterriza junto al anochecer una de las figuras más distintivas de nuestra música urbana, joven e irreverente y con una voz inconfundible, Dillom hace su entrada triunfal a su tercera aparición consecutiva dentro del Cosquín Rock. La música urbana ha tenido en estos últimos años una presencia histórica en la audiencia argentina, y llegado el punto culmine del trap en el mainstream, Dillom ha sido uno de los últimos emergentes en masificarse, sabiendo reinventarse día a día. Si YSY A optó por un sonido más electrónico en su reinvención del trap, podríamos señalar que Dillom desde sus principios ha optado por un sonido más orgánico, con la presencia de batería, guitarra, bajo y sintetizador, junto a un quinto integrante detrás del escenario aportando las automatizaciones y samples que completan la obra. Esta presentación ha quedado grabada en la historia tras las repercusiones que tuvo su re-versión de “Sr Cobranza” (la versión de Bersuit Vergarabat, originalmente de Las Manos de Filippi), en la que cambió la frase “Norma Plá a Cavallo lo tiene que matar” por “A Caputo en la plaza lo tienen que matar” en alusión al Ministro de Economía. He aquí una de las pronunciaciones contra el contexto político más logradas e ingeniosas, pues “Sr Cobranza” nació como una canción de protesta, y perdurará así reinventándose en nuestra cultura. 

Sobre el mismo escenario, más tarde aparecería la oveja negra del mainstream. Como bien mencionamos en un principio, Babasónicos ha sido una rareza incomprendida que ha logrado ganarse su lugar, y siempre bajo sus propias reglas. Si bien en sus shows particulares podemos ver sus novedades, para esta presentación nos han dado el gusto de clásicos como “Pendejo” e “Irresponsables”, “Putita” entre otros más recientes como “La pregunta”, junto a algunas canciones de “Trinchera” su último disco publicado en 2022, recordándonos su constante reinvención y así también el motivo de su vigencia tras treinta años de su recorrido musical. Se trató de una de las presentaciones más aclamadas de la noche, más allá de algunos inconvenientes técnicos. 

Coincidiendo en parte el horario, del otro lado del festival sobre el Escenario Sur, se alzan banderas y gritan a pulmón los seguidores de Skay y los Fakires, quien hace juicio a los dichos que lo proclaman “el corazón de Patricio Rey” abarcando temas de su etapa solista junto a clásicos ricoteros como “Ji Ji Ji” y “Todo un palo”. La supuesta grieta del rock de los noventa se ve reflejada en dos escenarios enfrentados a la distancia, el rock sónico por un lado y el llamado rock barrial por otro, treinta años después compartiendo frente a frente. 

Acercándonos al cierre continúan flameando banderas en el Escenario Norte, en el recital de La Vela Puerca, mientras al otro lado sobre en el cierre del Escenario Sur comienza la fiesta de rock, reggae, ska y esos tintes poperos que definen a Los Auténticos Decadentes. En el escenario de la Casita del Blues el cierre queda en manos de Julieta Laso, la primera artista de tango presente en el festival, rompiendo los pocos estigmas que quedaban aún vigentes sobre la variedad cultural del evento. En el cierre del lado Norte nos encontramos con Caras Extrañas, el actual proyecto de Mauricio “Junior” Lescano, reviviendo clásico tras clásico de La 25 junto a sus ex integrantes, porque Caras Extrañas no es otra cosa que la continuación y renacimiento de aquél proyecto que ha sido casi religión para tantos amantes del rock, el rock and roll clásico y bailable, ese que jamás pierde vigencia en nuestra cultura, así Junior enuncia cerca del cierre “Las modas llegan y se alejan, el rock no morirá jamás”. Un cierre grandioso que nos recuerda la esencia del festival en sus principios. 

Al otro día los cielos sirvieron lluvia en la recepción del Cosquín Rock, así la tierra se convirtió en barro, y aunque se retrasaron algunas presentaciones, gran parte de la audiencia agradeció el clima ya que el día anterior el sol habría sido abrumador en esas mismas horas de la tarde. En el escenario Sur se presenta por primera vez Nenagenix, banda emergente de Buenos Aires con influencias emo, post-rock, shoegaze y dream pop. Seguido de la presentación de El Bordo, banda de rock con más de veinte años de historia. 

Sobre el Escenario Paraguay se despliega un line up a puro reggae y ska, habiendo albergado el día anterior proyectos tropicales como La Delio Valdez, Ke Personajes y Sabor Canela. El domingo tuvimos allí a Mimi Maura, cantante puertorriqueña, entre los integrantes de su banda se encuentra Sergio Rotman, saxofonista de Los Fabulosos Cadillacs. Y a continuación presenciamos la fiesta de Dancing Mood, banda instrumental liderada por el trompetista Hugo Lobo que reúne más de diez músicos sobre el escenario, y más de veinte años de trayectoria reviviendo y transformando clásicos en su compendio de ska, jazz y soul, entre creaciones propias. Dancing Mood se ha presentado varias veces dentro del Cosquín Rock y jamás pierde vigencia, en su público se hacen trencitos y se baila a los abrazos al ritmo contagioso del ska. Se reviven clásicos, incluso del tango como “Adiós Nonino”, una versión que derretiría el corazón de cualquier argentino presente. 

Sobre el mismo escenario más tarde presenciaríamos a una leyenda precursora del roots reggae, Don Carlos junto a Rice & Beans. Proveniente de Kingston, Jamaica y presente en la música desde 1972, una leyenda viva que tuvimos el gusto de presenciar, con clásicos como “Young girl” y “Mr. Sun.” 

Retomando el desfile de rock sobre el Escenario Norte, nos encontramos con uno de los personajes más reconocibles de la escena del hard y glam rock, Slash se presenta acompañado por Myles Kennedy and The Conspirators. Seguido por Las Pelotas, uno de los dos proyectos formados por ex-integrantes de Sumo presentes en este festival, el sábado sobre el mismo escenario aparecía la llamada “aplanadora del rock” Divididos. El show de Las Pelotas sucedió con algunos desperfectos técnicos que no impidieron una gran actuación, incluso hubo lugar para recordar y atesorar clásicos de Sumo como “El Ojo Blindado” y “No Tan Distintos.”

Acercándonos al cierre aparece Molotov sobre el mismo escenario, con un show enérgico y repleto de clásicos como “Gimme tha Power” y “Puto”. La banda mexicana que siempre alzó la voz en cuestiones de protesta no hizo excepción en este contexto, así Tito Fuentes exclamaba “La patria no se vende hijos de su puta madre”. También se tomaron un momento para recordar y desearle paz en su descanso a Ricardo Iorio, referente músico y productor del heavy metal argentino, fundador de V8, Hermética y Almafuerte. Así incluso esta presencia extranjera nos recordaría un poco de nuestra propia historia, en este festival que año a año busca celebrar esta riqueza cultural que nos pertenece. 

El Escenario Montaña culminó con el DJ set de Anita B Queen, quien en esta sociedad de etiquetas ha sido catalogada como una “degenerada” de la música electrónica, con Arca como su principal influencia, Anita desplegó una actuación de las más destacables del ámbito. El cierre del evento finalmente fue en manos de Damas Gratis desde el Escenario Sur, y la fiesta pop de la Bresh en el escenario Norte. Cuando el sonido en vivo se dio por finalizado, dos borrachos saltaban sobre unos bancos, y uno pega un grito al cielo “yo quería ‘rocanrol’ loco”. 

 

¿Qué tienen para decir los artistas sobre el Cosquín Rock? – Entrevista SPLIT a Winona Riders y Las Pelotas

En busca de la mirada emergente sobre el festival hablamos con Ariel Mirabal y Ricardo Morales de Winona Riders, quienes se presentaron por primera vez en estos escenarios, y también se trató de su primera vez como audiencia. 

 

¿Cuáles eran sus expectativas sobre esta nueva edición del Cosquín Rock? ¿Cómo lo vivieron?

Si bien ya tocamos en algún que otro festival, sabíamos que tocar en el Cosquín era distinto a cualquier otro por muchas cuestiones. Las expectativas estaban distorsionadas. Ojalá volver en otro año con más horas de show y poder mostrar la experiencia completa. Aún así estuvo bien. Está el show colgado en YouTube, odialo o amalo.

 

¿Tuvieron la oportunidad de acercarse a ver alguno de los demás shows? ¿Qué fue lo que más les gustó?

Divididos, medio show de Babasónicos, Skay, etc. Caras Extrañas fue lo mejor, junto con Don Carlos, leyenda del reggae jamaiquino. Gran lujo haberlo podido ver en vivo.

 

Seguramente vieron las repercusiones que tuvo el festival tras los dichos tanto de Dillom, Lali, Molotov entre otros ¿Que opinión tienen al respecto? tanto sobre la persecución política de los artistas como el peligro que corre la cultura nacional en el actual contexto.

Como artistas es nuestra responsabilidad usar el arte para transmitir lo que pasa.

Y mientras haya música también va a haber resistencia. ¿Peligro? Peligroso sería si nadie hubiera dicho nada y entregarles todo sin pelea. Mientras tanto, entre nosotros nos toca cuidar lugares que brindan espacios para tocar como a otras bandas. Nosotros también estamos atrás de ellos.

 

Como una banda emergente ¿Que les gustaría decir a las nuevas generaciones de rock que se avecinan? 

No se regalen. No caigan en la presión de los hipócritas. Lo que hagan háganlo por ustedes porque el que no hace arte es incapaz de entenderlo. 

 

Durante este show presentaron temas del primer y segundo disco, ambos publicados el año pasado ¿Están trabajando ya sobre algo nuevo? Y si es así ¿En la misma línea de lo que venían haciendo o hacia donde ven que se dirige?

La grabación del último disco, El Sonido del Éxtasis, nos dejó en estado de resaca. Por el momento vamos a estar más enfocados en experimentar con EPs, y a su vez ir preparándonos mentalmente para encarar el tercer disco, que va a salir este año.

Luego, desde el otro lado de la historia, Gabriela Martínez, bajista de Las Pelotas, responde desde sus más de veinte años de trayectoria dentro del festival. 

 

¿Cuáles eran sus expectativas sobre esta nueva edición del Cosquín Rock? ¿Cómo lo vivieron?

Cosquín Rock es un festival con 24 años ya, y hemos participado en todas las ediciones. Este fue uno más, para nosotros ya es histórico estar en tantas ediciones, hemos ido creciendo como banda y hemos visto crecer el festival hasta convertirse en la magnitud que tiene el de hoy. Hace 24 años obviamente sucedía en un lugar mucho más pequeño, incluso las bandas viajabamos juntas en un micro de la provincia de Córdoba. Este fue uno más dentro de esta historia que juntos estamos generando. 

 

Se han presentado varias veces y con diferentes proyectos en este festival ¿Que tuvo de particular para ustedes esta edición a diferencia de otras? ¿Cuál edición dirían que fue su favorita? 

Es difícil elegir una sola presentación como favorita, hemos tocado en diferentes escenarios, hemos tenido en una edición una carpa solo para nosotros para presentar el show entero en ambos días del festival. Todas las ediciones tienen alguna particularidad, hemos atravesado tormentas y barriales, micros de gira encajados. La verdad que donde se hace es un lugar maravilloso en el medio de la montaña pero esto trae otras complicaciones climáticas. A la vez de que se trata de un festival que se hace en el medio del país, lo que permite que mucha gente que no puede acceder a las grandes ciudades, pueda ir un fin de semana ahí y ver todas las bandas que quiere, es un festival que tiene una impronta muy federal. 

 

Como una banda con años de trayectoria ¿Que les gustaría decir a las nuevas generaciones de rock que se avecinan? 

Es muy difícil para mí ponerse en un lugar de dar consejos a nuevas generaciones, viendo como va cambiando todo, la música y la formas de llegar al público, las redes. Hay generaciones que podrían darme más consejos ellos a mi, que yo a ellos. Siempre igual para mi el consejo es disfrutar de lo que uno hace, e ir atravesando el camino que haya que hacer.

 

Por último, en 2023 sacaron una nueva versión en vivo de “Solito Vas” en el Movistar Arena ¿Hay algún proyecto nuevo en el cual estén trabajando?

Ya estamos trabajando en nuevo material, de hecho el año pasado ya salió algo de eso en un tema que lanzamos, pero estamos trabajando en varios temas más, así que este año seguro tendrán novedades. 

 

* En 2023 Las Pelotas lanzaron el single “Es clara” el cual sería el anticipo de lo que se viene este año al parecer. 

 

WMSC FM, Nueva Jersey 

ALEXIA PERRUELO, corresponsal

FELICITAS PÁEZ, fotografía